Es más necesario que nunca practicar el aprendizaje colaborativo para asumirnos agentes de transformación ecosocial

La situación de pandemia mundial sobrevenida se ha demostrado como una de las consecuencias provocadas por el deterioro de la salud global del planeta. Ésto nos coloca en un contexto en el que es necesario restaurar la relación del ser humano con la naturaleza.

Además, en un escenario de emergencia climática como el actual, declarado oficialmente por España en enero de 2020, es obvio que el cambio climático incide directa e indirectamente sobre el bienestar y la supervivencia de la humanidad y del planeta. Por ello, se precisa transitar a otro modelo de desarrollo, asumiendo conjuntamente el reto de posibilitar un futuro cercano en común que, respondiendo a los compromisos adquiridos a través de la agenda 2030, sitúe a las personas y al planeta en el centro, con el propósito de no dejar a nadie atrás.

Asimismo, a la luz de los datos que arroja la agenda urbana española, aprobada en agosto de 2019, se prevé que dentro de 20 años, dos tercios de la población mundial se concentrarán en las ciudades. En España, este porcentaje ya se ha alcanzado. De hecho, de los 46.528.024 habitantes que existen, el 80% se concentra en áreas urbanas, que suponen sólo el 20% del territorio. De ahí que, desde las ciudades, sea necesario afrontar retos tan complejos mediante estrategias de carácter integrado. Este período que vivimos recibe el nombre de antropoceno: la era de la tecnología, de los riesgos globales, del constante cambio y la incertidumbre. Toca tomar conciencia y aproximar con urgencia el desarrollo urbano sostenible, reflejando transformaciones positivas en nuestras ciudades día a día.

Todas las personas somos, en suma y en sinergia, agentes clave de esta necesaria transformación; actores y actrices principales de nuestra película, interdependientes y ecodependientes, corresponsables a la hora de lograr de manera coordinada, consciente y comprometida un modelo urbanístico para nuestras ciudades más sostenible, resiliente, inclusivo y seguro, en concordancia con el ODS 11, Ciudades y comunidades sostenibles y sus 10 metas.

La colaboración es primordial

Por todo ello, desde las UDCs, Unidades Distritales de Colaboración,  dependientes del Área Delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana (Área de Gobierno de Vicealcaldía) del Ayuntamiento de Madrid, tenemos un doble objetivo: la regeneración urbana y la reinserción de vecinas y vecinos en riesgo de exclusión sociolaboral. Asumida la vulnerabilidad humana, queremos abordar, desde una perspectiva comunitaria, la relevancia de lo urbano, tratando de impulsar así que Madrid y cada distrito, cada barrio y cada rincón de la ciudad sea, como lo expresa la Agenda urbana, “la mejor versión de nuestros pueblos y ciudades de siempre, de nuestra arquitectura y cultura y de nuestras formas de vida, pero mejorada y actualizada para la sociedad del siglo XXI”. Es vital comprender que somos ciudadanía global además de ciudadanía local.

Desde la UDC de Salamanca, gestionada por La Rueca Asociación y Provivienda, junto a la Junta Municipal de Distrito de Salamanca y la diversidad de agentes sociales, proponemos actuaciones para mejorar el territorio y promover la concienciación ciudadana y la corresponsabilidad social. Es nuestro cometido facilitar y motivar el cuidado participado del espacio público, entendiéndolo como eje vertebrador del territorio.