Durante el verano, la ciudad aumenta de temperatura y la vida se desarrolla más en las calles, las plazas, las instalaciones deportivas, los parques, etc. Por ello, y porque somos muchas personas habitando Madrid, se agudiza la percepción de ruidos, así como la acumulación de basuras, o se coincide en lugares a los que dar diferentes usos, por ejemplo; por ello, desde el Servicio de Convivencia Intercultural en Barrios, tratamos de generar momentos de interacción positiva donde compartir inquietudes y socializar los cuidados a toda la comunidad con el objetivo de resignificar positivamente lo público.

Entendemos el Espacio Público como un concepto complejo, ya que debe cumplir con satisfacer las distintas funciones de los individuos en su vida colectiva y social, lo que proporciona miradas opuestas y altamente contradictorias, en constante conflicto social dependido de la función para la cual será utilizado. Es, en sentido práctico, la esencia de la ciudad, donde se hace factible el encuentro de voluntades y expresiones sociales diversas, porque es ahí donde la sociedad converge y convive. Traía Fernando Carrion Mena, arquitecto urbanista y profesor, la idea que el espacio público es la representación de vida colectiva, como también un lugar de identidad con relaciones históricas, la cual ha evolucionado debido a los tiempos desde una visión clásica, moderna y posmoderna.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así, se están desarrollando diferentes campañas y acciones en espacios públicos en los que intervenimos a fin de sensibilizar a diferentes colectivos sobre la importancia de cuidar los detalles de la vida en comunidad y de los bienes compartidos, tal es el caso de iniciativas como “En el Ensanche como en casa”, que se inició desde el Servicio de Convivencia hace más de un año y que se ha ido concretando en acciones diseñadas participativamente con diferentes colectivos que se han ido apropiando de la campaña. Así mismo, la campaña #respetOrcasur ha buscado poner en el centro a jóvenes del barrio como agentes sensibilizadores de toda la comunidad. Para todo ello, se ha contado con el soporte del TecnoLab de La Rueca Asociación, que ha facilitado la elaboración de materiales con los que realizar intervenciones directas en el medio a modo de arte efímero, produciendo pequeñas obras colectivas que generan mensajes de concienciación pública sobre la importancia de mantener el ruido en niveles adecuados, de recoger los excrementos de los perros o de usar las papeleras para favorecer la corresponsabilidad y poder disfrutar de barrios limpios y bellos. También las acciones poéticas desarrolladas en algunos barrios como Canillejas, Carabanchel, Vicálvaro u otras acciones por la revitalización de espacios públicos llevadas a cabo en Entrevías o Villaverde, así como procesos de construcción de comunidad de cuidados como el de Paravicinos en Tetuán, resultan ser experiencias muy adecuadas para generar actitudes favorables para el disfrute de los territorios compartidos.

 

 

 

 

 

 

 

Queremos traer a esta reflexión al geógrafo David Harvey (Kent, 1935), cuyos escritos han contribuido enormemente al actual debate político sobre las estrategias espaciales de la globalización, así como al conocimiento de la geografía humana. Como decía este veterano de reconocido prestigio internacional al ser preguntado por los paisajes construidos y los espacios de esperanza, “La mezcla de diferentes grupos de inmigrantes, la fusión de estilos musicales, gastronómicos, es lo que hace de la vida urbana algo fantástico; queremos un urbanismo diferente, que congregue a la gente en lugar de segregarla, que es en realidad lo que ha estado pasando las últimas décadas”.

Ante la pregunta: Según su idea de ciudad, ¿debe el espacio público promover el consenso o enfatizar el conflicto?, David Harvey respondía: Ambos. Una frase brillante de Heráclito sugiere que la armonía más bella nace del enfrentamiento de las diferencias. Creo que una idea de consenso que no contemple la diferencia no tiene sentido. El espacio público ideal es un espacio de conflicto continuo y con continuas maneras de resolverlo, para que éste después se vuelva a reabrir.

Nuestra vocación es acompañar estos procesos, disfrutando lo más posible del aprendizaje colaborativo, mediando entre posturas enfrentadas, facilitando la identificación de intereses comunes y tratando de atender a las diversas necesidades, generando cuidadanía, mejorando la ciudad, garantizando el derecho a vivir en una ciudad amable para todas.