Una joven usuaria del SIJA de San Blas-Canillejas es un claro ejemplo de superación personal. Nos lo cuenta de su puño y letra
La persona que nos compone el siguiente poema se trata de una usuaria de 21 años: E. U. T., que comenzó en el SIJA (Servicio Intervención de Jóvenes y Adolescentes) del Distrito San Blas- Canillejas en octubre de 2014. En un inicio la joven decidió ingresar al espacio grupal de HHSS II del SIJA. Tenía baja autoestima, nula autoconfianza y se añadía a su situación conflictividad familiar en el hogar y una diversidad funcional del 65%, lo que conllevaba que los inicios de las sesiones grupales de HHSS II tuviera algunas adaptaciones para su correcto entendimiento e inclusión en el día a día. Los principios éticos de nuestras sesiones grupales contemplan confidencialidad, respeto, cooperación, ayuda mutua, espacio de compañerismo donde todo el mundo siempre puede aportar “algo” a las personas que tenemos próximas.
Desde la fecha de ingreso a la actualidad (2 años y medio) la joven ha mejorado en sociabilidad, en seguridad en sí misma, ha generado grupos de amistades con los que queda los fines de semana, y este año 2016/17 finaliza su etapa escolar en el CEPA de Canillejas, a pesar de sus continuas resistencias y escasa credibilidad en sí misma para obtener el ansiado título de la ESO, que creía en unos complicados inicios no sería capaz de obtener.
Actualmente, en el mes de mayo de 2017, causó baja en el grupo de HHSS II porque el equipo psicoeducativo considera que debe “alzar otros vuelos”. Alcanzar nuevas metas, generar nuevas emociones, acercarse a itinerarios de empleo que le faciliten conocer su perfil profesional. Desde la intervención grupal la usuaria pasará a intervención individual con un acompañamiento y seguimiento del mismo aproximado de tres meses.
La despedida con el grupo ha resultado muy emotiva: expresó a sus iguales que pese a las dificultades del día a día debemos avanzar, que el camino puede ser complicado pero merece la pena realizarlo. Ella se siente orgullosa de avanzar y de probar nuevos caminos, en este “su espacio” que le ha ayudado a crecer y sentirse fuerte. Se va del recurso sabiendo que “pisa con fuerza”.
Desde el equipo psicoeducativo, el SIJA, comprobamos que es un ejemplo de superación, de lucha y valentía, además de poseer grandes dotes artísticas en la narrativa, que le han facilitado expresar sus emociones, sentimientos y abrirse con aquellas personas con quien iba depositando su confianza, poco a poco. Queremos agradecer a la joven sus ganas de crecer, de superarse, de facilitar la entrada a cada una y cada uno de sus compañeras y compañeros cuando dan sus temblorosos primeros pasos en el grupo, así como la total empatía y cercanía que traslada, que hace sentir “de casa” a toda persona que tiene cerca. Te enviamos un abrazo E. y… ¡nos vemos en el camino, LUCHADORA!
La joven E. U. T. ha querido trazar en unas líneas lo que ha supuesto para ella su paso por el SIJA.
Aquí empezó toda mi vida,
era algo aburrida,
tenía mil pensamientos,
la mayoría eran lamentos.
Me lamentaba por vivir,
ocultaba mi verdad,
tuve que admitir
lo que mi corazón callaba
y aunque trataba
de ocultarlo,
tuve que contarlo.
Ahora estoy en paz,
conmigo misma,
la soledad que sentía
desapareció al instante.
Mis pensamientos no pudieron,
sino que se fueron fundiendo,
como el que no quiere la cosa
y es bastante curioso.
Mi consejo es luchar
para afrontar
los miedos del corazón
y es una razón
muy poderosa
que asombra
al mundo entero
y a las personas
que te rodean.