Debemos tener más presente que nunca que  la longevidad es algo admirable

El incremento de la esperanza de vida hace que las personas mayores tengan una necesidad continua de mantenerse no sólo activos, sino también productivos. Una inquietud que, dicho sea de paso, muchas veces es desaprovechada.

La actividad en las personas adultas mayores está siendo cada vez más estimulada por razones diversas: para mantener o mejorar la salud, el bienestar y las relaciones sociales, así como forma de integración social. Cabe añadir que la edad de la jubilación carece de argumentos biológicos que supongan limitaciones a la capacidad de las personas. Haber pasado las 65 primaveras, no implica inactividad y menos aún suponer que dejan de contribuir con su esfuerzo al desarrollo económico y social.

Las personas mayores siguen manteniendo una importante actividad contributiva, en numerosas ocasiones, desde el propio ámbito familiar. Sólo necesitan oportunidades y metodos adecuados para desarrollar todo su potencial y, generalmente, lo hacen de forma desinteresada y no remunerada.

Debemos trabajar para que el paso del tiempo sea sinónimo de una vejez productiva, asociada a abrir nuevos caminos y actividades donde adquiera protagonismo la sabiduría del tiempo vivido. Incluyéndoles así en acciones y actividades intergeneracionales que les haga sentirse parte de la sociedad. Hace apenas unos días se ha celebrado el Día mundial de la toma de conciencia del maltrato al adulto mayor, algo que tendrá que seguir celebrándose mientras sigan existiendo situaciones de desprotección como las que viven las personas mayores más vulnerables.

Nuestro ideal debería ser construir y avanzar en una sociedad de cuidados y fomentar una cultura de buen trato y la dignidad para todas las personas; dónde se pueda visibilizar una imagen positiva y su enorme diversidad, respetando sus decisiones y sus estilos de vida y facilitando su autonomía.

Las personas adultas/os mayores han sido las más perjudicadas en la actual pandemia del COVID-19.  Han sufrido el contagio viral, la enfermedad y la muerte en unos índices mucho más elevados que en el resto de la población. Sufrieron el distanciamiento de las redes de apoyo, familiar, vecinal, y personales de los procesos de intervención social, psicológica y psiquiátrica, viviendo el confinamiento y aislamiento más intenso, largo y prolongado. La imagen que tenemos de ellas y ellos de fragilidad se ha visto reforzada y estereotipada, aunque haya sido con la mejor de las intenciones.

Nuestro objetivo

Desde diversos programas y proyectos de La Rueca Asociación y otras entidades afines, aprendemos día a día que quieren ser escuchados, incluidos en la sociedad y valorados. Las conversaciones que se han mantenido con ellas y ellos, dejan lecciones de vida que no sólo son para quienes comparten su edad, sino que deben ser transmitidas de generación en generación.

Por todo ello, desde el Servicio de Convivencia en Barrios de la Rueca Asociación, queremos conmemorar a quienes hoy ya no nos puedan acompañar y a quienes continúan dándonos lecciones de vida. Un reconocimiento social de su experiencia, conocimiento, trabajo y su contribución en la sociedad de bienestar y su participación en todos los ámbitos de la vida social.

Contribuiremos para seguir aportando y obtener una convivencia harmoniosa entre diversas generaciones creando vínculos de apoyo, amistad y reconocimiento mutuo donde les permita sentirse partícipes de las decisiones y actividades, dentro y fuera de la familia. El compromiso es construir un mundo mejor para todas las edades, donde podamos tejer hebras de paz positiva en las que bordemos el nombre de aquellas personas que hoy ya no están aquí.

De esa manera, no dejaremos que pasen al olvido y su recuerdo vivirá dentro de nuestros corazones y el de sus familiares. Nos han legado el aprendizaje de escuchar, apreciar sus fortalezas y capacidades, respetar sus decisiones, valorar el tiempo que pasamos juntos…

Desde aquí todo nuestro cariño y apoyo para construir un mundo mejor, así como nuestro reconocimiento a los adultos mayores como la Edad de Oro y poder abrazaros cuando todo esto pase.