En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con motivo del día internacional para la erradicación de la  pobreza, desde el  Servicio de  Apoyo a la Inclusión Sociocomunitaria para personas menores de 65 años del Departamento de Servicios Sociales del Distrito San Blas-Canillejas, se han desarrollado el 16 de octubre de 2019  las  Jornadas  “La  Pobreza:  una mirada a nuestros barrios”.

 

Se comienza la misma profundizando en la conceptualización de la pobreza y su impacto poliédrico con la ponencia marco La Dimensión espacial de la pobreza y la exclusión: Los barrios vulnerables de la mano de Paloma Bru, Socióloga, profesora de la Universidad Carlos III y Socia fundadora del Observatorio de Exclusión Social y los Procesos de Inclusión de la Comunidad de Madrid.

Desde una perspectiva de análisis sociológica, económica y política, nos aproximamos al concepto de barrios o zonas de especial vulnerabilidad, territorios específicos donde coinciden factores de exclusión relativos a la población como el desempleo, las carencias formativas, las adicciones, la falta de participación, y situaciones deficitarias en relación a la vivienda, la convivencia, el entorno urbano, las infraestructuras, los equipamientos básicos, y situaciones higiénico-sanitarias. Por lo tanto, zonas con un déficit a nivel individual, familiar y colectivo de acceso a bienes y servicios, la base del bienestar.

El concepto de desequilibrio territorial a su vez nos trae la manifestación de la reproducción de la desigualdad, expresado a través de los fenómenos de segregación-gentrificación-concentración. Nos encontramos con nuevas formas de pobreza urbana derivada de procesos migratorios, encarecimiento de la vivienda, paro de larga duración, rupturas familiares, enfermedades mentales, soledad, desarraigo, etc. Ante estas manifestaciones nos encontramos respuestas reactivas individuales, la psicosomatización de los problemas sociales, la anomia y atomización de la existencia, con aparición de conductas desviadas, depresión colectiva, auto desvalorización y auto exclusión; y estrategias de autoprotección: distanciación mutua, denigración lateral, abandono del barrio, refugio en el interior del hogar/barrio, drogas, etc.

Los problemas sociales se manifiestan a nivel global, pero los tenemos que enfrentar a nivel local, dando diferentes respuestas según atendamos a las causas (medidas preventivas), los efectos (medidas paliativas), o las consecuencias (medidas proactivas).

Se incidió en la necesidad de abordar la situación de la pobreza desde todas sus caras: vivienda, conciliación, mediación familiar, salud, servicios, acceso al consumo, redes de apoyo, etc. Se necesitan respuestas en positivo desde la sociedad civil (procesos comunitarios) y las instituciones (reequilibrio territorial).

La siguiente ponencia por parte del equipo de Promoción Comunitaria del Servicio de Apoyo a la Inclusión Sociocomunitaria abordó a nivel sociodemográfico el estado del distrito de San Blas Canillejas a partir del diagnóstico participado que se está actualizando y se hará público a finales de año.

Se desarrolló a su vez una dinámica con las personas participantes de las jornadas, por un lado, entorno a las acciones que se valoran necesarias para impulsar cambios en el territorio y las aportaciones que podemos llevar a cabo para su consecución.

¿Qué Acciones se pueden desarrollar?

 

¿Qué podemos aportar a ello?

Se coincide que una de las acciones que necesita nuestro lugar de acción es el mantener a largo plazo los proyectos con incidencia comunitaria y participativa para poder mantener el trabajo en red y dar continuidad a la intervención en los barrios. Del mismo modo, se señala la dotación de mayor personal en los proyectos para tener una representación territorial más amplia.

A su vez se destaca la necesidad de diseñar acciones que se ajusten a las realidades sin pensar “para la gente” si no desde un “hacer con la gente”. Uniendo a esto, se señala la necesidad de impulsar espacios de encuentro vecinal para que la información sobre los recursos que hay en el distrito sea más accesible, siendo la ciudadanía un motor de cambio en su propio barrio.

Se hace el hincapié de contar con la experiencia de las personas mayores que viven en el distrito para poder elaborar diferentes acciones. Así como la necesidad de crear ciudades sanas basadas en los principios de la ecología y la cohesión, relacionando esto última con la intercomunicación entre barrios, por ejemplo, Rejas con el resto de barrios. Añadiéndose, la creación de proyectos con los que se impulse la remodelación de espacios públicos en las zonas más desfavorecidas del distrito.

Desarrollar intervenciones encaminadas a transformar las necesidades sentidas en el distrito:

–          Desarrollo de planes de vivienda.

–          Coordinación entre áreas técnicas municipales, la sociedad civil y las entidades para generar objetivos comunes y de intervención dentro de San Blas-Canillejas.

 

Se señaló el acompañamiento a vecinos y vecinas de los diferentes barrios de San Blas-Canillejas a partir de:

–          Informar sobre los recursos que hay en el distrito.

–          Fomentar redes comunitarias.

–          Generar y dinamizar grupos de participación vecinal.

–          Mayor concienciación en cuanto al ruido, limpieza, normas cívicas, etc. para mejorar la convivencia vecinal.

–          Fomentar el empoderamiento.

Se indicó la necesidad de poner el foco en la persona y no en el problema directo para abordar la multidimensionalidad de la situación de la persona desde sus intereses.

Y por último, cambiar mecanismos internos de gestión en los recursos para facilitar el acceso de las personas, así como revisarnos como profesionales los prejuicios y estereotipos, y su influencia en la intervención.

 

En el espacio de la mesa de debate en torno a las dimensiones y prácticas en contextos de pobreza y/o exclusión, se contó con la experiencia de diferentes profesionales en ámbitos diferenciados:

  • Del Centro de Madrid Salud del distrito de San Blas Canillejas, Luz Sánchez y Carolina Mateos, trabajadora Social y educadora Social respectivamente, abordaron el tema de cómo afecta la desigualdad social en la salud. La pobreza se presenta como un concepto fragmentado que dificulta su comprensión y hay que encuadrarlo como un problema de derechos humanos.

La pobreza incide directamente sobre la mortalidad y morbilidad de las personas por lo cual el conocimiento de los determinantes sociales en salud es una pieza clave para poder actuar sobre ellos. La desigualdad social, las condiciones de vida afectan a la salud, siendo necesario no cronificar los problemas sociales y de salud en la intervención, partiendo de una definición basada en el “estar” y no en el “ser” para enfrentar la problemática social como algo eventual y no como algo permanente, y que estigmatiza a las personas y reproduce socialmente las problemáticas.

En la exposición también se puso de relieve la importancia de los procesos comunitarios para la cobertura de necesidades. Se hizo mención a la necesidad que tuvieron los habitantes del distrito de San Blas Canillejas de organizarse para conseguir unos bienes y servicios con los que satisfacer sus necesidades en salud.

  • Pilar Barriuso, agente de Igualdad del distrito de San Blas Canillejas, abordó el tema de la feminización de la pobreza, existen picos de vulnerabilidad que dificultan la superación de situaciones de la vida cotidiana con especial incidencia para las mujeres.

Según el informe de tasa AROPE, en Madrid existe un riesgo de pobreza del 23%, siendo éste del 24,2 en mujeres frente al 21 en hombres. El 55,3% de la tasa de riesgo lo componen unidades familiares de un adulto con uno o más descendientes. En relación al distrito de San Blas-Canillejas se contabilizan 1520 hogares monomarentales frente a 274 monoparentales, suponiendo el número de hogares formados por una mujer e hijos/as el 80% del total.

En el análisis de las pensiones de jubilación, la cuantía media que perciben las mujeres estaría en torno a 803,57€ mientras que en los hombres ronda los 1344,18€. En comparación con las pensiones recibidas por la media de madrileños, estas son incluso más bajas, estando en 897,88€ en mujeres y en hombres en 1406,07€.

En cuanto a los cuidados la relación entre hombres y mujeres es de un cuidador por cada 17 cuidadoras. Más del 7,7 millón de europeas no acceden al mundo laboral en favor del cuidado de personas descendientes o ascendientes. En España, 554.000 españolas no trabajan fuera de casa frente a 28.000 españoles. Un foco de vulnerabilidad para las mujeres se sitúa también en la necesidad humana de los cuidados a lo largo de la vida, los cuidados se focalizan fundamentalmente en las mujeres, siendo ésta una labor que requiere una alta dedicación que no es reconocida ni remunerada.

  • Guillermo Fouce, presidente de la Fundación Psicología Sin Fronteras, interpela la importancia de dejar de culpabilizar al individuo para enfocar nuestra atención y esfuerzo en cambiar situaciones. Hoy en día se medicaliza la vida cotidiana de las personas como solución a las situaciones-problema. Se culpabiliza a la persona en situación de pobreza en vez de descargar al individuo y cargar lo colectivo. Se recalca la importancia de contar con apoyo social, emocional e instrumental para superar los obstáculos.
  • Enrique Martínez Reguera, coordinador de Coordinadora de Barrios y la Escuela de Marginación de Madrid, indicó que la pobreza suscita indiferencia o lástima. Existen tres tipos de pobreza: la pobreza carencial, la pobreza criminalizada y la pobreza rentable. En el pasado, la pobreza carencial de recursos generaba entre los ciudadanos respuestas de solidaridad y apoyo mutuo ante la desprotección por parte del Estado. A partir de los años 80, la pobreza comienza a ser un problema de Estado y se tiende a su criminalización rompiendo los lazos de solidaridad y apoyo creados (se estigmatiza al pobre culpabilizándole de su situación), siendo a partir de los 90 cuando se comienza a incidir en las situaciones de pobreza a través de profesionales de la psicología, la psiquiatría, los cuerpos de Seguridad del Estado, la educación, la intervención social, etc.

Las diferentes formas en las que hoy en día se manifiesta la pobreza dificulta la elaboración de planes y programas que desarrollen acciones inclusivas.

La última intervención de la mañana, Loli Hernández, trabajadora social y facilitadora de procesos comunitarios en España y América Latina, abordó los retos para prácticas profesionales emancipatorias. Reflexionamos entorno a los retos personales, profesionales y laborales a las cuales nos enfrentamos en la gestión de los servicios que atendemos el problema de la pobreza y sus repercusiones en las personas.

Se concluyó la necesidad de preguntarnos por las p artes sanas y las potencialidades de las personas, barrios y comunidades y buscar apoyo para afrontar los diferentes retos que tenemos. Como profesionales podemos encontrar el equilibrio cuestionándonos por qué hacemos las cosas y la metodología que utilizamos para ello.

Si la pobreza no es causalmente individual, ¿por qué planteamos soluciones que solo implican la acción del individuo sobre su propia vida? La pobreza como fenómeno multidimensional requiere caminos colectivos, que permitan cambios en los contextos donde se desenvuelve la pobreza y en los efectos en las vidas de las personas. Necesitamos espacios comunes con una idea clara sobre el tema a abordar, sistematizando las acciones para un largo plazo.