“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”

“Se debe pedir a cada cual lo que está a su alcance realizar»                                                                                                                                                  

«He aquí mi secreto: solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos».

Estas frases nos resultan muy familiares y cercanas, ¿verdad? Forman parte de la historia de El Principito, novela corta que realiza una crítica al hombre y a la civilización moderna porque ést@s conducen a la pérdida de los valores más esenciales del ser humano. Desde el S.I.J.A. (Servicio Intervención con Jóvenes y Adolescentes) de San Blas-Canillejas), utilizaremos esta gran obra maestra durante el curso escolar, con las y los adolescentes para obtener pensamientos, reflexiones que acerquen a una educación de valores, tarde a tarde, con el objetivo de mejorar en las relaciones humanas, estrecharlas.  Llevaremos a cabo acciones, dinámicas, juegos donde se entrenen y se mantengan sanas, respetando los tiempos y espacios que cada joven precisa.


Unido al Principito trataremos reflexivamente las emociones: el amor, el miedo, la ira, la felicidad, la tristeza. Básicas en nuestro día a día. Son demasiado grandes para poder abarcarlas con palabras, por ello aprenderemos a mostrarlas, ensayando día a día la capacidad de gestionarlas de forma natural, desde un conocimiento de ellas, una comprensión que facilite un posterior manejo de las mismas.

Consideramos desde el equipo psicoeducativo que necesitamos sentir para posteriormente pensar. Es elemental el conocimiento de la dimensión emocional que nos capacite y así comprender a los seres que nos rodean, favorecer de este modo un buen aprendizaje social.